Con el título Días futuros el artista Eduardo Alonso
(Santander, 1972) irrumpe en el panorama expositivo gallego con una
propuesta multidisciplinar que encuentra en la arquitectura utópica su
forma de expresión.
La
exposición, estructurada a partir de numerosos elementos
tridimensionales que para el autor, más que esculturas, deben ser
entendidas como maquetas, muestra un paisaje urbano en el que la
soledad, la incomunicación y el aislamiento, son las características
dominantes de un futuro posible que, sin lugar a dudas, funciona como
una pesadilla, una distopía que encuentra sus correspondencias
literarias en obras Un mundo feliz (1932) de Aldous Huxley o 1984 (1949) de George Orwell.
Días futuros
es el resultado de un proceso de trabajo, que comienza en el año 2006 y
se materializa en ferias como: Art Madrid, Arte Santander, Espacio
Atlántico, Valencia Art o Arte Salamanca
Ahora el proyecto llega a Galicia, a la sede de la Fundación Laxeiro, hasta el 30 de Septiembre, dentro de la II Edición del proyecto Entre mares que el año pasado trajo, en su primera edición, la exposición titulada No me escribas, tampoco verte, del artista Pepe Beas.
Con
este proyecto, Eduardo Alonso utiliza las técnicas del maquetismo al
servicio de la expresión artística, en un contexto de
multidisciplinariedad que bebe de las artes narrativas, la arquitectura y
la tradición minimalista en la que la huella manual del artista queda
anulada y la interrelación con el espacio expositivo es un factor clave a
la hora de mostrar el trabajo.
Siguiendo estas premisas, Eduardo Alonso recrea en la sala de la Fundación Laxeiro, un espacio blanco, sin referencias geográficas, una cartografía imposible que es intervenida con sus maquetas, blancas y rojas, de una factura limpia que sugiere un silencio, no solo visual, sino también vivencial. Un espacio habitado por seres solitarios, perfecamente integrados en ese mundo distópico, ese no lugar que conforma una ciudad del futuro perfectamente funcional pero despojada del ruido, entendido este como la infinidad de elementos contingentes de la cotidianidad humana, provocados por la convivencia y la comunicación interpersonal, elementos definitorios de la polis que Eduardo Alonso elimina, para recrear un mundo en el que el azar no tiene cabida.
Su(s) personaje(s), habitante(s) de esos Días futuros que él bautiza como el extraño,
encarna al hombre alienado (Marx) y unidimensional (Marcuse) que para
Eduardo Alonso sería el habitante perfecto de esa distopía, auténtico
futuro posible hacia el que puede estar caminando nuestra sociedad,
inmersa en una espiral de productividad económica en la que la condición
humana del individuo tiene cada vez menos importancia.
Formalmente,
la obra de Eduardo Alonso se mueve entre la pintura, la escultura y la
instalación. Elementos todos ellos puestos al servicio de un relato
que, como en este caso, frecuentemente encuentra en el fatalismo
futurista su lugar narrativo, introduciéndonos de modo sutil (por el
atractivo visual de sus piezas) en un mundo terrible que él propone como
un futurible que estamos llamados a evitar.
EL ARTISTA
Procedente
de la pintura, Eduardo Alonso no tardó en comprender que para
satisfacer sus necesidades como creador, debía pasar a las tres
dimensiones y es así, como desde hace más de diez años, combina en su
trabajo lenguajes, técnicas y soportes a través de los que rompe con su
condición de pintor, para convertirse en un artista transversal, con una
obra que conlleva una fuerte carga narrativa en la que proyecta sus
preocupaciones ideológicas.
Desde 1997 lleva
exponiendo en diversos espacios y galerías del territorio español como
Avilés, Barcelona, Bilbao, Castellón, Madrid, Valencia y Valladolid
entre otros. Ha merecido premios en diversos certámenes como Certamen de
Jóvenes Autores. Junta de Castilla y León en 1993 y 1994; Primer
Premio, Certamen de Dibujo, Ciudad de Palencia en 1994; Primer Premio de
Diseño del Ayuntamiento de Madrid para Jóvenes Autores en 1996; Primer
Premio de Acuarela en el Certamen de Pintura San Pedro Regalado, de
Valladolid en 1997 y Premio de Adquisición, Certamen de Pintura de
Lalín, Pontevedra, en 1999; Medalla de bronce de la Bienal de Sama de
Langreo y premio de adquisición Cajastur en 1999; Mención adquisición
XXIII Certamen de Artes Plásticas de Ciudad Rodrigo, 2007; Trofeo IV
Encuentro De Puerta en Puerta Villafranca de los Caballeros,
2007; Accesit de Grabado en el Certamen de Artes Plásticas Ciudad de
Granada, 2007 y Obra premiada en la feria Estampa con una beca de la
Fundación CIEC, 2008.
Tiene
obra en Colección Cajastur; Colección Caja Ávila; Comunidad de Madrid;
Junta de Castilla y León; Ayuntamiento de Valladolid; Diputación de
Valladolid; Ayuntamiento de Palencia; Ayuntamiento de Granada y diversas
colecciones particulares.